Beneficios del yoga en el parto
“El momento en el que nace el niño, la mamá también nace. La mujer ya existía, pero la madre, nunca. Una madre es algo absolutamente nuevo.” Bhagwan Shree Rajneesh
El parto, ese momento que esperas unas 40 semanas aproximadamente, un momento breve, pero muy intenso que nos va a cambiar por completo la vida. Durante mi formación de yoga prenatal y postnatal, había una alumna que era comadrona, ella se apuntó al yoga porque estaba asombrada de lo «bien» que parían las embarazadas que habían practicado yoga. Todas parimos bien evidentemente, pero ella se refería al control de la respiración, la serenidad y la actitud. Sinceramente no me imaginaba lo que el yoga puede hacer por la mamá en el parto.
En el parto entran muchísimas cosas en juego: el miedo, la seguridad, la confianza en cada una, los nervios o la calma, el estrés o la relajación, la desinformación o la información, y lo más importante, el sentirse parte del acontecimiento, del parto, no como un objeto sino como una persona que participa activamente.
Nosotras tenemos el poder de vivirlo de una forma o de otra, de querer epidural o no, de una cesárea o un parto vaginal. Cada una escogerá un camino, y el camino mejor es el que quiera la mamá, porque ella ha elegido su idea de parto. Algunas veces sucede que el parto no ha podido ser como esperamos, y eso duele, pero esto es un camino hacia la aceptación, a veces no sucede lo que nos gustaría, como todo en la vida.
¿Por qué practicar yoga de cara al parto?
Quiero dejar claro que quien afirme que a través de la práctica de yoga se tiene un parto formidable, es mentira. No se sabe cómo será el alumbramiento de nadie, pero sí que conocemos a través de experiencias de diferentes alumnas que hay una serie de factores que nos facilitarán ese momento.
Nivel físico
El ejercicio físico nos ayudará a estar más preparadas a la hora del parto. Hay posturas que nos ayudarán a aliviar el dolor de las contracciones, e intuitivamente sabrán utilizar durante la dilatación algún asana que siempre solemos practicar, como por ejemplo para abrir caderas: malasana.
Respiración
En clase, con la respiración consciente aprendemos a respirar bien: largo y profundo. Esto provoca que todos nuestros miedos, angustias e incertidumbres, poco a poco, se vayan disipando e incremente la serenidad en el cuerpo y la mente, nos equilibre el sistema nervioso y oxigene nuestro cuerpo. Al usar la respiración, el diafragma ayuda al bebé a salir.
Confianza y seguridad
A través de cada clase, la embarazada va cogiendo confianza, y reconoce que debe estar integrada en el proceso y que forma parte de él, no sólo como parturienta, sino que debe estar informada de todo lo que esté ocurriendo, porque ella sabe qué necesita en cada momento.
Conocimiento y discernimiento
Conocer como quiere dar a luz: parto natural, cesárea, en el agua, en casa, con epidural… Un gran trabajo de discernimiento que previamente hemos ido haciendo en clase y evidentemente en casa. Escuchando opiniones de las diferentes compañeras y reconociendo que no hay un mejor parto, todos aprenderemos que el mejor parto es aquél que la mujer quiera.
Aceptación
Aceptar nuestro parto, haya sido como deseamos o no, es vital para la salud mental porque debemos aprender que hay cosas que no dependen solo de nosotros. Cada mami lo hace siempre lo mejor que puede, hay cosas que no dependen de nosotras, y eso no quiere decir que lo hayamos hecho mal, ya que no debemos olvidar que el parto es cosa de dos: de la mamá y el bebé.
Conclusión
Por todo esto, y seguro que me dejo más cosas en el tintero, sinceramente creo que el yoga es un gran aliado física y emocionalmente. Preparamos al cuerpo y a la mente a ese momento, a lo que muchas lo llaman la cita a ciegas.
Por ello te invito a que pruebes el yoga si estás embarazada, si no te resuena no lo practiques por obligación, tampoco lo practiques pensando en que todo el parto irá genial, practícalo porque te gusta dedicar esa horita para ti y para tu bebé, y el resto déjalo que venga como tenga que venir.
Reflexión
Algunas mamis tienen muchas dudas de si van a poder parir como ellas quieren y están aferradas al resultado de que «tiene que ser así porque yo quiero». Si nos apegamos de esta forma a un hecho futuro que no sabemos cómo irá, puede venir la frustración y el sufrimiento si no lo conseguimos. Esto es extrapolable a nuestra vida habitual, todo sufrimiento viene por la no aceptación de algo que deseamos, aceptar es muy difícil, no tengo ningún truco, pero quizás sea no resistirse a lo que nos llega y pensar que eso traerá un aprendizaje.
¿Qué pensáis sobre la aceptación?