Formaciones: Yoga terapéutico

por Mar 16, 2018Formación4 Comentarios

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“El sentimiento de la salud se adquiere solamente mediante la enfermedad» Georg Ch. Lichtenberg

Quizás ahora mismo os estáis preguntando «¿por qué otra formación más y ahora yoga terapéutico?». Mi hermana me dice que soy «la loca de las formaciones» ya que no paro de hacer y me quiero apuntar a muchas, menos mal que después los horarios coinciden y no puedo, sino cada fin de semana estaría en algún lado de formación, pero aunque no lo creáis tengo criterio para decidir.

Decidí hacer la formación de yoga terapéutico por dos motivos, el primero por mis alumnas, para darles mejores herramientas en la hora de la práctica e incluso en su acompañamiento en la senda del yoga. Segundo porque nunca se sabe si alguno de nosotros podemos tener una lesión o enfermedad, por mucho que practiquemos yoga nuestro cuerpo es igual que el resto y tiene la posibilidad tanto de estar sano como de enfermar.

Igualmente, el yoga en sí mismo ya es terapéutico, tanto físicamente como mentalmente, pero claro, a veces la vida nos trae alumnos en un estado que no puede seguir  una clase de yoga habitual, además, como profesor no tienes las herramientas necesarias para trabajar con el alumno. Como instructor de yoga debemos saber que directrices marcar, como enfocar la clase y qué es recomendable y qué no, por eso, sinceramente creo que el curso es muy útil. También es cierto que al final cada persona y cada patología es un mundo y tendremos que buscar información de algunas de ellas, pero en la formación de yoga terapéutico te dan unas bases para poder volar con más seguridad.

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Un profesor de yoga se encamina más hacia el acompañamiento y empoderamiento del alumno.

La formación de yoga terapéutico

Estaba formada en dos fines de semana, con un mes de distancia para poder digerir toda la información. Era los sábados de 9:00 a 18:00 y los domingos de 9:00 a 17:00, con una hora de pausa para comer. Una de las cosas buenas es que la sala estaba dentro del restaurante Sopa de Barcelona, y así no tenías que preocuparte, si no querías, por la comida.

Como todas las anteriores veces os detallaré lo que más me ha gustado del curso.

Artrosis y artritis

Tanto si eres profe como alumno seguro que conoces a alguien con esta patología, muy común hoy en día. Aquí me dí cuenta otra forma de practicar, buscando el alivio del dolor físico de estas personas. Es otra forma de llevar una clase más suave, con más consciencia y otra forma de conectarse, no tanto a nivel de asanas, sino a través del movimiento suave, del automasaje, utilizando diferentes elementos y no solo quedarse en lo típico: bloques, mantas y cinturones.

También en la formación de yoga terapéutico, en grupo tuvimos que realizar una secuencia dedicada a personas que tenían una zona afectada por la artrosis o artritis, y ahí vimos la gran dificultad en el movimiento, y la limitación que sufren, y el reto para el profesor de sortearlo con éxito.

Dolor de espalda

Un tema realmente seductor, ¿quién no ha sufrido alguna vez en su vida dolor de espalda? Es un tema que a todos los alumnos nos interesaba, yo personalmente ya he sufrido, lo sufro y seguro que lo sufriré en algún futuro.

Hoy en día es muy fácil tener lumbalgia, tenemos mala higiene postural, estrés, el uso del móvil… Es que sin quererlo estamos modificando nuestras curvaturas naturales de la espalda, y no quiero pensar en los jóvenes de hoy en día, que están enganchados 24 horas mirando un teléfono. De aquí que Gloria comentara una interesante reflexión: «De nada sirve una hora de clase ayudando a la columna y cuidándola, si las otras 23 no eres consciente de ti y vuelves a estar en una postura muy cómoda pero comprometiendo a la columna y a su musculatura». En este punto todos debemos aplicar la atención plena en cada acción, en cada postura de tu día a día, porque casi todos en algún momento estamos comprometiendo nuestra columna vertebral.

Cáncer

Sinceramente la parte de la formación de yoga terapéutico que más me ha costado digerir, nos lo impartió Adriana Jarrín, una valiente, no tengo palabras para explicaros lo que sentí esa mañana. Una cruda realidad. A nivel de acompañamiento al alumno es brutal lo que involucra al profesor, no eres un simple instructor de yoga, eres algo más. Primero hay que superar los tabús que ocurren en esta enfermedad, como la calvicie, el sentimiento de culpabilidad, el miedo a la muerte, superar los momentos que tienes un resultado médico y además, de todos los problemas físicos que podamos encontrar: Pérdida de sensibilidad, dolor, llagas, sofocos, etc.

Es cierto que el movimiento y la respiración contribuye a la mejora del sistema inmunitario, mejora la flexibilidad, reduce el insomnio, fortalece, pero creo que uno de los mayores beneficios es el acompañamiento, el estar en un ambiente donde todas las personas se sienten igual que tú. Donde el profesor ha de crear un ambiente de liberación y una preparación para la vida fuera de ese lugar, dándole herramientas para sostener la enfermedad.

Siento una profunda admiración por Adriana, lo valiente y lo generosa que está siendo con este mundo. Además creo que todo lo que explicó, a todos nos tocó alguna fibra interna.

Fibromialgia

Para explicar esta patología vino Julia Zatta, como siempre un placer. A mí personalmente me interesaba mucho el tema porque tengo una alumna. Entendí más de cerca esta patología y lo que ella necesita, como se puede llegar a sentir y así podré empatizar más. Fue muy útil, porque casi siempre nos centramos en la parte práctica, pero no debemos olvidar la parte emocional porque es muy importante.

Conclusión

La formación de yoga terapéutico me ha hecho reafirmar más mi pensamiento de que un profesor de yoga no solo enseña asanas, filosofía, meditación o relajación, su trabajo va más allá. En mi opinión se encamina más hacia el acompañamiento, a empoderar y ayudar a gestionar al alumno en los diferentes aspectos de la vida. Evidentemente no le ayudas desde el ego porque tú seas o lo hagas mejor que él, sino porque a través de todo lo que nos enseña el yoga le podemos transmitir desde el corazón un camino a seguir a través de sus experiencias, pero esa es mi opinión, quizás vosotros tengáis otra.

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Reflexión

Después de acabar la formación lo primero que me viene a la cabeza es agradecer. Dar las gracias por mi cuerpo físico, más guapa o más fea, más gorda o más delgada, más morena o menos, pero agradezco de corazón la salud física que tengo. Es un privilegio estar sano, de poder moverme sin sufrir y cuando no sea así el trabajo será de aceptación hacia esa nueva etapa de la vida. Una tarea realmente difícil.

¿Vosotros también sentís el mismo privilegio?